Castillo Del Buen Amor
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- Hotel rural Posada Real
- Plazas: 82
- Habitaciones: 41
- Estancia mínima: 2
- Dirección: Ctra. N630 Km. 317,6º, 37799
- Teléfonos: Contactar mediante formulario de contacto de EncantoRural.com
- Nº registro oficial: En tramite
Tarifas
Precios: 110€ - 410€ (por persona y noche)
Características
- Exterior:
- Aparcamiento exterior, Jardín, Piscina
- Interior:
- Baño en habitación, Bar, Biblioteca, Calefacción, Chimenea, Climatización, Cocina, Videoteca
- Servicios:
- Cama supletoria, Cuna de bebé, DVD, Mascotas, Servicio de canguro, Servicio de cenas, Servicio de comidas, Servicio de desayunos, TV, Wifi / Internet
- Cerca de:
- Lago, Monumento histórico, Museo
Descripción del propietario
Una lección apabullante de historia medieval hace caer rendidos de respeto y pleitesía a los huéspedes de este castillo, reconvertido en hotel-posada en plena dehesa salmantina. Inspirado en la tradición de los Paradores de Turismo, aunque dotado de mayor riqueza y suntuosidad, goza desde sus torreones privados de inigualables vistas sobre la planicie, un vastísimo latifundio que alcanza las 116 hectáreas inundadas de encinas, pinos y chopos. Llanura infinita antaño oteada por los guardianes de una fortificación de orígenes ancestrales, anclados en el siglo XI y revividos a finales del XV por obra y gracia de los Reyes Católicos al ceder los dominios a Alonso de Valencia, en gratitud a su lealtad en la toma de Zamora y éste, a su vez, al obispo de Osma, don Alonso Fonseca. Fue él quien acometió la edificación tal y como la conocemos, y que fue a parar a la familia Fernández-Trocóniz, los actuales dueños y señores del Buen Amor.
De su fisonomía y de su historia genealógica se colige un pasado más palaciego que bélico, más cercano a la residencia aristocrática que a la atalaya defensiva, y este carácter favorece el perfil refinado de cada detalle, de cada rincón de este alcázar. Exquisitez mobiliaria en los seis salones dispuestos en torno al patio renacentista: yelmos y armaduras, arcones y bargueños, tapices y óleos. Fastuosa colección en contraste con la severidad de la sillería, el espesor de sus muros y el ambiente cenobial del refectorio.
Y entre el intrincado laberinto de bóvedas, sótanos, pasadizos y escalinatas, las alcobas sugieren pinceladas contemporáneas, aunque todas ellas abrazan un pasado caballeresco de indudable encanto.
Adéntrate en la historia, conoce el resto del relato y recorre las estancias del castillo de la mano de Fernando Gallardo.
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